Joaquín Guzmán |
Pero volvamos al curso en sí, que es lo realmente interesante. El jueves contaríamos con la presencia de Borja Prieto, con experiencia en grandes discográficas como Universal, Virgin y EMI y al frente de plataformas como MySpace España. En la actualidad, Prieto es general manager de Herzio, compañía especializada en herramientas de promoción de la web 2.0 para músicos. Precisamente sobre este tipo de herramientas vendría a hablarnos, pero para entender cómo hemos llegado a una situación como la actual resultaba esencial dar un repaso a las transformaciones sufridas por la industria y a los consecuentes cambios en los modos de consumo que se han venido produciendo.
Borja Prieto |
Y de ahí, a la actualidad, la época del “share”. Un momento en el que los medios ya no dictan las listas de éxitos y los prescriptores se multiplican a través de redes sociales. Y es que cada usuario lo es en cierta medida, pues sus recomendaciones desinteresadas son recogidas con confianza en sus círculos cercanos. En este panorama, donde MySpace ha quedado anticuado y YouTube ha conseguido regularizarse mediante sus canales oficiales, Facebook domina de forma aplastante. Precisamente Herzio, plataforma que dirige Borja Prieto, ha encontrado su lugar esta red social que, en su opinión, lo que realmente ha hecho bien es “abrir sus tripas”. Esto es, disponer en cierta medida de una programación adaptable, dando así la opción de monetizar el flujo de información en estos nuevos canales, quizá el gran problema en la era digital. En definitiva, un discurso optimista el de Prieto, que destacaba la “fortuna de vivir este momento”, asegurando incluso un futuro para las discográficas, siempre y cuando cambien sus estructuras.
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Y pasamos al 30 de marzo viernes post-Huelga General y previo a las vacaciones de Semana Santa en el que tendríamos con nosotros a dos profesionales con un amplio bagaje en la radio musical y desde la organización de eventos. Respectivamente, Joaquín Guzmán y Julio Muñoz. Guzmán es un veterano periodista radiofónico que ha trabajado en emisoras como Cadena SER o M80, desde donde dirígia y presentaba el mítico programa La Gramola. Después, entre otros proyectos, fundaría Rockola FM, experimento de radio interactiva en internet, uno de los retos que en su opinión aún tenemos pendientes. Y es que desprendernos de la obligación del directo es una de las ideas que flotaron aquella tarde. Según Guzmán, las radiofórmulas “no aportan nada”, pues “tienen encorsetados a los locutores”. Según sus palabras, “falta contenido pensado específicamente para el podcast”. Es decir, para ser escuchado en cualquier momento. Pero, como siempre, era necesario el hecho de obtener una visión general de la historia de la radio musical en España, que se debe en gran medida al Plan transitorio de Ondas Medias, que en 1964 obligaba a radiar contenidos distintos a través de la FM. Con el nacimiento de programas como Los 40 Principales llegaba a nuestro país la aplicación de la radiofórmula y a la larga la nunca reconocida existencia de la payola (pay for play). Desde entonces, las radiofórmulas han mandado mucho, aunque por suerte hemos contado con alternativas públicas como Radio 3, “el único refugio en los 80”. A pesar de ello, Guzmán lamentaba la falta de unificación en la cadena, que en ocasiones le resultaba “un archipiélago”.
El siglo XXI trajo importantes cambios para la radio musical, nada beneficiosos para la emisión de novedades. Todo surgía gracias al fenómeno Kiss FM, que desplazó a los prescriptores para programar únicamente a través de consultoras que recogían la aceptación de la gente ante las canciones más populares. Una radio sin publicidad ni programas hablados, que según Guzmán creó “una obsesión desmedida en este país por las consultoras”. En esta situación, programar una canción nueva es “sacrificar cuotas de audiencia”, entiendo que el hecho de escuchar una canción por primera vez “provoca un rechazo”. Resulta imposible arriesgarse a que alguien haga zapping. “Trabajan para los inversores en publicidad y no para las discográficas, que no tienen un duro”, concluía Joaquín Guzmán.
Julio Muñoz |
En este sentido, subrayó lo perjudicado que ha salido el directo tras años de programación gratuita de conciertos durante las fiestas patronales de cada pueblo o ciudad. En estos casos, “el 80% ha sido sufragado por los ayuntamientos”, que han acostumbrado al público a entrar gratis, han disparado los cachés y no se han preocupado por construir espacios cerrados en los que poder cobrar entrada. Con todo, Guzmán dejó claras sus ideas para luchas contra esta situación, indicando que “es necesaria una renovación”, sin que eso signifique “enterrar lo anterior”. Entre otras cosas, considera indispensable lograr nuevos públicos, introducir la música en los centros de formación y en los teatros públicos, acondicionar recintos feriales o favorecer la inclusión de recintos para la música en vivo en los planes urbanísticos.
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