Resumen de la primera semana

El pasado miércoles 7 de marzo, el Espacio UFI acogía la inauguración del curso de periodismo y crítica musical Del sonido a la palabra, organizado por Deoído, foro de músicas populares de la Universidad Complutense de Madrid. En un entorno inmejorable, en pleno centro de la ciudad y rodeados de discos y música, alumnos, periodistas y aficionados no dejaron pasar la oportunidad de presenciar una sesión inaugural titulada “Hacer música en la era digital: Tendencias en el mundo de la música hoy”, a cargo de  Javier Gallego, conductor de Carne Cruda (Radio 3) y de Juanma Latorre, guitarrista de Vetusta Morla.

Javier Gallego, Juanma Latorre y Héctor Fouce en Espacio UFI

Un periodista implicado en aspectos que van más allá de la música, con experiencia además al otro lado, sobre el escenario; y un músico que puede presumir de haber llegado a lo más alto con su banda desde la más estricta autogestión. Tras unas breves palabras de presentación y agradecimiento por parte de Héctor Fouce, director del curso, asistíamos a una charla sobre la nueva situación en el mundo de la música, donde según Latorre: “Hay que ponerle mucha imaginación. Las reglas anteriores ya no valen”. Las cosas han cambiado y las ideas en busca de una adaptación al nuevo modelo han ido surgiendo por parte del músico. El hecho de dejar probar antes de comprar, la cercanía a través de las redes sociales, el cuidado del disco como objeto con valor en sí mismo... Con vitalidad, optimismo y fe en la música por encima de los obstáculos de una industria estancada en el pasado, Javier Gallego se mostraba dispuesto a “pagar el precio de las cosas que son interesantes”, insistiendo en que en ningún momento se trata de hacer una cruzada contra la citada industria, sino de una necesidad de cambio en la mentalidad.

Ya el jueves, el curso se trasladaba al que será su lugar habitual durante las próximas semanas, el aulario del departamento de Periodismo III de la Facultad de Ciencias de la Información. Allí nos esperaba una primera jornada en la que Sabino Méndez y Héctor Fouce nos hablarían de la música popular como hecho social y cultural y como objeto de estudio. Sabino Méndez, compositor y guitarrista imprescindible en los mejores años de Loquillo y Trogloditas, decidía analizar el poder de la música en la sociedad a través de diversos ejemplos de su propia trayectoria como músico e investigador y de la propia historia del rock, señalando hitos como la notación, la reproducción mecánica o la incorporación del lenguaje a las canciones, los cuales se erigieron como bases esenciales para el desarrollo de la cultura que hoy conocemos.

Sabino Méndez y Héctor Fouce

Méndez, que en la actualidad no duda en considerarse a sí mismo como “un escritor que un día cogió la guitarra y le gustó la música”, no evitaría ninguna cuestión acerca de su labor en la SGAE, que en estos momentos se encuentra en plena renovación tras la polémica era de Teddy Bautista. Y es que, entre los principales errores de la institución, no duda en señalar que “no se ha hecho una labor de pedagogía a la hora de explicar los derechos de autor”. Tras él, Héctor Fouce proponía un giro y planteaba una visión de la música popular como objeto de estudio, por desgracia apenas integrada en la oferta académica universitaria de nuestro país. En su intervención destacaba una pregunta realmente conveniente antes de comenzar un curso como este. Porque, ¿de qué hablamos cuando hablamos de música popular? ¿Qué géneros y artistas lo son y cuáles no? ¿conocemos a ciencia cierta sus características básicas?

Luis Albornoz
Llegado el viernes, era el momento de profundizar en el aspecto económico y estructural del mundo musical. De este último aspecto se encargarían dos profesores procedentes de la Universidad Carlos III. Luis Albornoz e Ignacio Gallego decidían repartirse equitativamente dos horas en las que analizaban con detenimiento los nuevos modelos de producción y consumo en la música, incidiendo en la parte final en ejemplos que resultaron perfectos para ilustrar los cambios producidos en la tradicional ecuación producción-distribución-puntos de venta-consumo; y demostrando que internet, hasta hace poco considerado como un paraíso para la cultura, no lo es tanto si atendemos a la reorganización llevada a cabo por la industria en el medio, que de nuevo deja al músico desprotegido y con un ínfimo porcentaje de beneficio por su propia obra. Más tarde, Rubén Gutiérrez, Coordinador de Estudios e Investigación de la Fundación Autor, cogería el testigo con el objeto de ahondar en la realidad económica de la música popular, estableciendo numerosas comparativas y gráficas con la finalidad de demostrar el escaso potencial real de la música en nuestro país y su inevitable relación con la crisis financiera.


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